1 – La leche materna es el mejor alimento y el más completo que puede recibir el recién nacido. Le brinda todos los elementos que necesita para su crecimiento y desarrollo saludables. Se aconseja incluso continuar dándole le teta hasta los 2 años, o más.
2 – El contacto “piel a piel” es fundamental: es muy importante poner al bebé sobre el pecho de la mamá al momento de nacer, y a mamar dentro de la primera hora de nacido.
3 – El calostro (primera leche de la mamá, de color amarillento o color oro) es el mejor alimento que puede recibir el bebé ya que lo defiende de las infecciones más comunes.
4 – La leche de la madre está adaptada a las necesidades y posibilidades de su hijo y por ello se digiere más fácilmente que cualquier otra leche.
5 – La leche materna contiene todo el líquido que el bebé necesita. Por lo tanto, es importante darle sólo leche materna hasta los 6 meses y evitar cualquier otro alimento o líquido: agua, tecitos, jugos u otros líquidos.
6 – Además, la lactancia materna favorece y fortalece la relación de afecto entre la mamá y el bebé; contribuye al desarrollo de niños capaces, seguros, y emocionalmente estables.
7 – La leche materna es más segura e higiénica porque el niño la toma directamente de su mamá. Está disponible a toda hora y en cualquier lugar, y se conserva bien dentro del pecho materno, aun cuando la madre haya pasado un tiempo sin amamantar.
8 – A través de su leche, la mamá le trasmite al bebé factores de protección (“anticuerpos”) que lo protegen contra las enfermedades más comunes cuando son muy pequeños y hasta que sean capaces de formar sus propias defensas.