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Todo lo que hay que saber sobre el cáncer de piel

piel ¿Qué es?

Es el cáncer que se forma en los tejidos de la piel y que puede deberse a diversos factores, como las quemaduras solares reiteradas o la exposición a radiación UV a largo plazo.

Existen dos tipos principales de tumores de piel: el carcinoma y el melanoma. Los carcinomas (basocelulares y espinocelulares) son los más frecuentes. Los melanomas son mucho menos frecuentes, pero su evolución puede ser de peor pronóstico.

El carcinoma basocelular es el tipo de cáncer más frecuente en el ser humano y está asociado a pieles muy dañadas por el sol, a pieles muy blancas que no se broncean pero sí se enrojecen/queman y descaman. Muchos pacientes tienen además cabellos rubios y ojos de tonalidades claras. Más del 70 por ciento de estos tumores se asientan en la cara, orejas y cuello, aunque también pueden ubicarse en el tronco y los miembros.

El carcinoma espinocelular también aparece más frecuentemente en pieles blancas que no se broncean pero siempre se enrojecen, con pecas y daño solar. Se asienta en la cara, el borde de las orejas, el cuero cabelludo y los labios, particularmente el labio inferior, más expuesto al sol. Puede crecer en la boca y la región genital y perianal, donde adquiere mayor agresividad. A diferencia del carcinoma basocelular, este tumor puede dar metástasis en los ganglios de la región afectada y en otros órganos.

Toda persona que ha tenido epiteliomas basocelulares y/o espinocelulares debe ser controlada de por vida. Tiene mayores posibilidades de desarrollar otros tumores.

 Prevención y Factores de Riesgo

El más grave de los cánceres de la piel es el melanoma. Es un cáncer curable, siempre y cuando sea diagnosticado tempranamente. Se manifiesta esencialmente por la aparición de una pequeña área pigmentada sobre la piel sana, o por la modificación del tamaño o del color de un lunar. En este tipo de tumores, las células pueden desprenderse del lugar de origen, viajar por los vasos linfáticos o capilares sanguíneos y alojarse en los ganglios o en diferentes órganos (metástasis). Los melanomas se originan a partir de melanocitos, células que producen el pigmento (melanina) de la piel normal, en zonas adyacentes a un lunar o directamente sobre un lunar pre-existente. Hay personas que tienen un riesgo aumentado de padecer un melanoma: son aquellas con pieles muy blancas que siempre se enrojecen y nunca se broncean; las que tienen gran número de lunares, las que presentan lunares atípicos y los parientes directos de familiares que han padecido melanoma. Hay factores hereditarios no definitivamente determinados que contribuyen a la aparición del melanoma y otros factores aún desconocidos.

El factor conocido y prevenible más importante es la exposición solar repetida y desde la infancia, más aún si ocurren quemaduras importantes reiteradas.

La precaución en relación a la exposición solar debe realizarse durante todo el año y no sólo en verano, cuando el riesgo aumenta debido a la intensidad de los rayos solares. En este sentido, las personas que trabajan al aire libre deberán utilizar ropas claras y holgadas que les permitan protegerse del sol.

Asimismo, para que disfrutar del sol no se convierta en un riesgo, es necesario adoptar precauciones muy simples, tales como:

Evitar exponerse al sol entre las 10 horas y las 16 horas.

Buscar lugares a la sombra.

Cubrirse con ropas, sombreros y anteojos de sol.

Utilizar protector solar de al menos 20 FPS (Factor de Protección Solar).

Los bebés menores de 1 año deben evitar completamente la exposición.

Además de las radiaciones UV provocadas por la luz solar, otra fuente de radiación ultravioleta que puede causar un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel son las camas solares. Las dosis de UV artificiales de las camas solares se acumulan a las dosis de UV del sol y refuerzan el efecto cancerígeno.

Diagnóstico

Debe concurrir a consulta con su médico toda vez que note la aparición de una pequeña área pigmentada sobre la piel sana, o por la modificación del tamaño o del color de un lunar

Tratamiento

Esencialmente el tratamiento es quirúrgico. Nuevas técnicas (como la técnica de Mohs, cirugía con control microscópico de los bordes) pueden ser recomendadas para áreas complejas como el rostro o cuello. Los tratamientos sistémicos se reservan para Melanoma.

La radioterapia en general tiene un fin paliativo y en algunos casos para lograr el control local.

Fuente: Instituto Nacional del Cáncer