En la construcción de pequeñas obras siempre se cuida el aspecto estético y las formas, pero pocas veces se analiza el impacto que puede tener en la salud de los involucrados en el proyecto.
Alberto Garavaglia, de Perspectiva Diseño, explicó que la clave está en la buena comunicación. El proyecto se debe encarar de forma integral, marcando objetivos y alternativas para llevar adelante la idea. Cuando se modifica una construcción, se van generando modificaciones sobre la marcha que generan mayor desgaste a quienes realizan el trabajo, a quienes lo dirigen y a los propietarios de la vivienda.
Otro tema importante es la calidad. El objetivo siempre es realizar reformas en poco tiempo gastando el menor dinero posible y con la máxima calidad. Por eso, los involucrados en la remodelación, deben hablar claramente todas las alternativas posibles desde el principio, para evitar futuros dolores de cabeza.
Garavaglia señaló también que es importante cuidar la convivencia con los vecinos, ya que una modificación en una vivienda, puede afectar la vida del vecino. Con una conversación clara y responsable, se puede mantener una buena relación y evitar problemas.
El objetivo siempre es que la remodelación sea un acto para celebrar, y no algo que nos termine afectando la salud.
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