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Vuelos, agua y calor pueden afectar a los oídos en el verano

06748g-aliviar-dolor-oidoViajar en avión, disfrutar de una pileta o del mar en un ambiente de humedad y calor es sinónimo de vacaciones, así como también de factores que contribuyen a la aparición de dolor intenso en los oídos. Ante la inminencia de inicio de actividades acuáticas o eventuales vuelos, lo ideal es la consulta al médico pediatra en el caso de los niños y al especialista en los adultos, quienes evaluarán el estado de los oídos y la vía aérea.

Para evitar posibles inflamaciones o infecciones, GAES Centros Auditivos ofrece algunos consejos y recomendaciones para mantener óptima nuestra salud auditiva:

*  Para Evitar la acumulación agua y la humedad se sugiere colocar un algodón apenas embebido en vaselina en el pabellón previo a la inmersión.

*  En un gotero colocar alcohol y vinagre de alcohol en partes iguales (1:1). Colocar dos gotas en cada oído al finalizar el día de natación. También es aconsejable secar el oído con secador de cabello.

*  Control de contaminación del agua (piletas e hidromasajes)

*  Evitar maniobras de limpieza. Los depósitos de jabón pueden provocar dermatitis

*  Tratar dermatitis previas

*  Especial cuidado para diabéticos e inmunocomprometidos

*  En vuelos se sugiere bostezar, masticar o cerrar la nariz con los dedos, cerrar la boca e intentar exhalar con fuerza. (maniobra de Valsalva)

*  Se pueden utilizar instilaciones en la nariz con Solución Hipertónica de Cloruro de Sodio (agua y sal) durante todo el vuelo para mantenerla despejada.

*  En las actividades de buceo, al iniciar el descenso se indica realizar la maniobra de Valsalva para «compensar» los cambios de presión. Si persisten los síntomas se sugiere no continuar con el buceo en esa jornada y evaluar la posibilidad de consulta con el especialista.

“Las otitis externas son 5 veces más frecuente en nadadores y es más común en regiones de clima cálido y húmedas. La incidencia puede incrementarse al final de la época de verano probablemente por el retraso del diagnóstico y la dilación en la consulta por estar de vacaciones”, destaca la Dra. María Andrea Ricardo, Jefa del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Británico y asesora médica de GAES Centros Auditivos.

La presión atmosférica en la cabina del avión es menor que la que se encuentra a nivel del mar, esto origina un desplazamiento del tímpano hacia la zona de menor presión, provocando dolor y pérdida auditiva. Los niños tienen mayor predisposición para sufrir estos inconvenientes por la inmadurez de su sistema de compensación, debido a la disposición y anatomía de la trompa de Eustaquio y la presencia de rinitis y adenoides.

“Resfríos, alergias nasales, sinusitis, patologías previas a nivel nasal o del oído, así como vuelos frecuentes o buceo pueden incrementar los riesgos de padecer estos problemas y de prolongar sus efectos aún luego del aterrizaje” comenta la especialista.

Algo similar a los aviones pero a la inversa ocurre durante el buceo. Aumenta la presión atmosférica y desplaza el tímpano hacia adentro provocando dolor y pérdida auditiva. Puede presentar cuadros más severos como mareos, vértigos, zumbidos e hipoacusias severas.

Antes de iniciarse en estas actividades se sugiere consulta con el especialista quien realizará los estudios necesarios e indicará los medios para prevenir inconvenientes.